lunes, 15 de junio de 2009

Papelazos

Este fin de semana me dio por hablar con un grupo de amigos, cubanos, españoles y de otras latitudes acerca de los papelazos que cometemos los cubanos cuando llegamos a regiones con economías más desarrolladas. La verdad es que fueron varios y de diferente índole, algunos casi inconfesables entre risas, otros más comunes. Lo mejor y más bonito es que una vez aquí, nos damos cuenta de que son cosas que le suceden a mucha gente nacida y criada por estos lares, cosas normales y ya no nos da tanta vergüenza relatarlas. Veamos algunos casos:
¡El metro! Ahhh sólo el metro se merecería más de un post y con razón. Las diversas formas de abrir sus puertas! Botoncitos (fácil), palanquitas para arriba o para abajo con mayor o menor presión (no tan fácil). A ver, confesemos, yo al principio, me ponía en las puertas donde había gente delante para que las abrieran ellos y aún recuerdo una vez que al no torcer de forma adecuada la palanquita, la puerta se bloqueó y dijo: “No Me Abro”. Que susto! Pero ná, a los segundos se abrió otra vez. Ahora veo que sucede con frecuencia y no hay que ser extranjero para que se traben las dichosas puertas. En Alemania por cierto, el metro es por tiempo, según recuerdo ¡se me hacían unos líos!
Las tarjetas de banco: Ya sean de débito o crédito, nos hemos acostumbrado a ellas con facilidad. No hay que tener dinero en la mano y son muy cómodas para llevar la contabilidad. Pero la verdad que la primera vez que metí la tarjeta en un cajero, por cierto, alemán, se la tragó y no hubo manera de que me la devolviera. Tuve que hablar con un empleado que de casualidad sabía inglés (muy raros de encontrar al menos en Alemania Oriental) y explicarle con la cara roja lo que me había sucedido. Por otro lado, ¿quién no ha contado el dinero que te da la caja para ver si es verdad que te ha dado lo que pediste? ¿Quién no ha temblado ante su primera compra “cara” online? ¿Me quitarán el dinero y no me mandarán el pasaje? Estas cosas según descubrí más adelante también le pasan a diario a cualquier hijo de vecino, menos mal.
Hay muchos más ejemplos de novatadas, las escaleras eléctricas, los baños que descargan cuando cierras la puerta después de haber estado una hora buscando la palanquita o botoncito, los sensores para la luz, las maquinitas expendedoras de cualquier cosa...
Una de las más graciosas y que le sucedió a una amiga que me matará por escribir esto a pesar de su anonimato, fue que estuvo en un baño sin cesto para la basura y por algunos días no sabía qué hacer con el papel sanitario. Lo envolvía entre más papel y cuando salía del baño, lo tiraba en el primer contenedor que veía hasta que descubrió que el papel sanitario se tiraba en la taza. ¿Pero como iba a saber eso? ¡El cubano de a pie, tiene un cesto y si tira el papel sanitario en la taza corre el riesgo de que se tupa por siempre jamás!
¿Y tú?¿Por cuántas novatas has pasado?

7 comentarios:

Garrincha dijo...

pregunta por cuantas NO he pasado.

Anónimo dijo...

Sí. Muy bueno, Morgana¡ Algo así me pasó con la policía. Acostumbrado en cuba a que te pidan el carnet por respirar, que al principio cuando no tenía papeles, andaba cagado de miedo por las calles, huyendo de posibles encuentros policíacos. Luego me enteré que sin ningún motivo real no te piden el carnet.
Un abrazo¡¡ Mi primer conment¡¡

Morgana dijo...

Hola!

Pues si lo de los papeles, aquí he visto cubanos que andan con el pasaporte pa arriba y pa bajo como si fuera el carnet de identidad y lo que es peor, en el otro bolsillo del pantalón llevan una bolsita de nylon! De verdad!
Ay los traumas!

Gracias por los comentarios!

la margarita mia dijo...

pues por una de las que yo pasé fue por la del taxi, acostumbrada en cuba que primero hay que preguntarle al chofer para donde va, pues aqui un día paré un taxi, y por la ventanilla le pregunte-chofe para donde vas? y el pobre hombre con cara de yo no sé me dijo-para donde tu quieras.
ya después que me monté en el taxi,yo pensé, esto no es como en cuba, pero ni un comentario con el chofer. saludos.

Margarita Garcia Alonso dijo...

Jjaja, pues yo pase por casi todas, y mas que soy guajirita, comerme el queso blanco como si fuese yogourt; lavarme la cabeza con productos que no eran adecuados para mi pelo... y las fobias, de esas que todavia conservo, cuando salgo por ahi inquietarme si llevo agua, galleticas, "por si acaso", sabes la fobia de no voy a encontrar nada de comer; las luces en los enormes mercados...
ja toda una historia

muy buena entrada

un abrazo

Morgana dijo...

Buenos días Margarita! Ah pues aquí en Valencia un día le dije a un chofer: Esta guagua pasa por X? me miró como si viniese de Marte! Luego me dijeron que los Canarios también dicen guagua, pero parece que ese no se había enterado...:-)

Morgana dijo...

Chiquita! Ay pues yo tengo una amiga que se ponía suavizante de pelo en la cara porque decía : Nivea y claro estaba acostumbrada a que esa era una marca de cremas, no de productos para cabello. Hasta que comenzó a aprender alemán y un día leyó lo que decía el pomo...jajaja...dice que no podía parar de reirse.