jueves, 17 de junio de 2010

Amigos de lo ajeno


Estamos acostumbrados a pensar que los robos, hurtos y sus derivados son producto de la escasez, la marginalidad o consecuencia de una situación de determinada pobreza. No estoy hablando de lo que nos roba el gobierno, las diferentes transnacionales, las aerolíneas o cualquiera de los que se dedica al robo en gran escala.

Hablo de aquel que sin más ni menos escrúpulos, mete la mano en tu bolso o no te devuelve el cambio en el súper. Hablo de ese, que sabiendo perfectamente lo que hace y sin necesidad de hacerlo, disfruta privando a alguien de algo que no le pertenece ¡Por favor! ¡Qué rabia más grande y que impotencia también! Una se queda con una fustración de tres pares de X.

El caso es que por mi trabajo, estuve en una oficina de funcionarios muy bien pagados, pertenecientes tanto a España como a otros países europeos . Países con los problemas básicos resueltos y sobre cuyas espaldas se encuentra en gran medida el futuro mundial. Países con niveles de instrucción (que no digo educación) muy altos. En fin, fui al lavabo (no al público, sino al de un despacho) y me lavé las manos. Tengo (o tenía) un anillo que me queda un poquito grande y me lo quité y se me quedó olvidado. No pasaron ni 20 minutos hasta que lo noté y regresé sobre mis pasos y ya no estaba.

Pregunté en seguridad por si alguien lo había dejado y nada. A los funcionarios y funcionarias, nada. Dejé un cartel en el lavabo por si acaso durante tres días. Nada. A ese sitio no entra nadie sin que le autoricen y fotocopien el DNI. Así y todo, perdí mi anillo, que quizás no tenía gran valor monetario pero si que me gustaba y mucho.

Siento haberlos distraído con este rollo que no tiene mucho que ver con la situación cubana o internacional. O quizás sí. Al final es sobre la pérdida de valores o el declive educacional. Tanto avanzar, tanto avanzar, para seguir en el mismo sitio.

5 comentarios:

Bettie dijo...

Siento la pérdida de tu anillo, pero sí que es verdad que amigos de lo ajeno los hay por todas partes, aún sin que haga falta :(

Recuerdo haber visto en la Escuela Oficial de Idiomas un cartel de una chica que pedía por favor le devolviesen una pieza de bisutería (ni siquiera oro bueno o algo caro) que tenía un gran valor sentimental, y que ofrecía gratificación..

Hasta donde yo sé, no se lo devolvieron :( Así el que lo encontró ganó muy poco, y el que lo perdió, perdió mucho :(

Morgana dijo...

Efectivamente! Me da tremenda rabia! Si te lo encuentras en la calle, pues bueno; pero encontrarte algo en el baño del despacho que sólo compartes con tus compañeros y quedártelo...es como si se llevaran mi cartera de mi mesa cuando voy al baño...

Besitos!

Txema dijo...

A una compañera de mi trabajo la quitan una manzana y la dejaron el hueso.

No es comparable, pero te da una idea d ela clase de gente que hay por este mundo.

Saludos

contramipersona dijo...

no te aflijas, lo que uno pierde otro lo encuentra, es verdad que queda una sensación de vacío, pero piensa en la alegría del que se lo encontró, a veces perdemos cosas para encontrar cosas mejores, dale tiempo al tiempo, te compensara.
saludos

la margarita mia dijo...

es verdad que queda un dolor indescriptible, pero mas creo yo, por la vileza de la accion de quedarse con lo nuestro y traicionarnos de alguna forma, no comprendo la falta de todo de la persona que se lo queda(no es que se lo encuentre y no sepa de quien es), si es tal como dices el objeto tendría que ser de alguno de los compañeros. no te preocupes y no lo pienses porque sino mas rabia te da. besos.